Nadie discute que la construcción del tramo paraguayo que unirá puertos del atlántico, en el Brasil, con los del Pacífico, en el norte de Chile, conocido como el “corredor Bioceánico” será de inmensa utilidad para la economía sudamericana. Especialmente la paraguaya porque con ella tendrá la oportunidad de exportar sus productos por cualquiera de los dos grandes océanos, conforme sea su destino.
En nuestro país hay un tramo que debe ejecutarse según el compromiso asumido por Brasil, Paraguay, Argentina y Chile, para interconectar las rutas ya existentes. Ese tramo comprende la unió vial de las localidades de Carmelo Peralta, frente a Puerto Murtinho, Brasil, hasta Misión La Paz, en la frontera con la Argentina.
El complejo vial, en territorio paraguayo, consta de dos tramos: el primero, desde Carmelo Peralta hasta Loma Plata, desde aquí hasta Pozo Hondo. El primer tramo fue licitado y adjudicado al Consorcio Corredor Vial Bioceánico, integrado por la Constructora Queiroz Galvao SA de Brasil y Ocho-A SA de Paraguay (Luis Pettengill).
Actualmente, rodear el Cabo de Hornos para llegar a puertos del Pacífico como Antofagasta, demora 13 días y el “corredor” reducirá ese lapso a tres días. El camino a ser asfaltado es de 227 km y unirán a las localidades de Carmelo Peralta (Alto Paraguay)-Loma Plata (Boquerón).Su costo es de 443 millones de dólares.
Pese a que este proyecto es el primer paso para que el país forme parte del corredor Bioceánico, todavía se tiene el desafío de ejecutar la segunda fase de la infraestructura, donde Paraguay debe invertir otros 340 millones de dólares para la pavimentación del tramo Cruce Centinela-Mariscal Estigarribia-Pozo Hondo, para la conexión con Argentina, que ya no se licitaría con el gobierno de Cartes.