16.8 C
Asunción
Lun 28 abril 2025

El descuartizador de Palma Loma

El hallazgo del cadáver de un hombre en un congelador, en itá enramada, nos trae a la memoria un caso que ocurrió hace 38 años, en palma loma luque, y en el que también el homicida recurrió a refrigerar los restos de su víctima, para luego esparcirlos por todo el barrio.

La ciudadanía todavía recuerda el horrible crimen ocurrido en palma loma, el 10 de abril de 1980, hace 38 años. Palma loma, entonces recientemente inaugurado barrio luqueño, quedo marcado para siempre con ese estigma, y con ese hecho que aún recuerdan los vecinos del lugar.

El caso involucró a dos argentinos, marido y mujer, que habían llegado procedentes de córdoba: lidia beatriz guzmán, de 31 años, quien murió a manos de su pareja, fausto justiniano altamirano, de 45 años, chapista, quien loco por los celos asesinó cruelmente a su mujer. El furibundo esposo mató a martillazos a su pareja tras una áspera discusión que tuvo lugar un jueves a la noche cuando ocurrió el horroroso suceso.

Frialdad impresionante

El propio autor confesó haber dado muerte a su esposa luego de una pelea en la que terminó asesinando a lidia beatriz a martillazos, para luego arrastrar su cuerpo hasta el baño, cercenarlo en 11 piezas, guardarlo en una heladera y al día siguiente esparcir los restos en los basureros de todo el barrio. Al día siguiente, se trasladó hasta la sección vigilancia y delitos de la policía, ubicada en asunción, para denunciar la desaparición de la mujer.

Altamirano ocultó la cabeza en una heladera, dentro de una bolsa de polietileno, y tras limpiar toda la sangre de la casa, al atardecer del día siguiente, un sábado, salió a depositar los restos mortales en distintos lugares del barrio palma loma, luque. Posteriormente, intentó denunciar en los medios de prensa la desaparición de su pareja, lo cual llamó más aún la atención de los agentes.

Sospecha y detención

La policía ya estaba en conocimiento del hallazgo de partes del cuerpo, que salió a luz luego de que un perro fuera hallado con uno de los miembros en la boca. Las sospechas recayeron sobre el denunciante. El lunes 13, cuando altamirano se presentó nuevamente en la comisaría de luque para insistir en la búsqueda de su mujer, los agentes decidieron ir hasta su casa para buscar una foto de la desaparecida.

Además de la foto, los agentes llevaron también un calzado de la mujer para cotejar con los restos depositados en la morgue, hasta donde llevaron al denunciante. A pesar de que el zueco que tenía la policía calzó perfectamente, el extranjero dijo que no eran las piernas de su pareja, porque ella usaba esmalte.

Huellas delatoras

Mientras tanto, un agente que examinaba la camioneta de altamirano –que había quedado en la comisaría de luque– detectó rastros de sangre en la guantera. Este fue el punto de partida para una minuciosa inspección al vehículo, donde encontraron tres anillos, uno de los cuales había sido cortado con pinza para quitarlo de la mano de la mujer, envuelto en un papel sucio.

El homicida no tardó en confesar su crimen, relatando con pasmosa frialdad lo que habia hecho. Incluso acompañó a los agentes a rescatar las bolsas con los restos de la víctima, la última de ellas, la noche del martes, 15 de abril.

20 años de prisión

Fausto justiniano altamirano fue condenado a 20 años de cárcel por la brutal muerte de su pareja Lidia Beatriz Guzmán.

Ambos eran oriundos de Córdoba, Argentina, y según los datos en el vecino país vivían en el barrio Don Bosco. La pareja había ingresado a nuestro país en el mes del enero de 1980 y, tras vivir unos días en un céntrico hotel de la zona, alquiló una vivienda en la fracción Palma Loma.

La pareja tenía una niña que en ocasión del crimen –tres meses después de su ingreso al país– contaba con nueve meses. En su declaración ante la Policía y el juez de Paz de Luque, así como en posterior rueda de prensa, Altamirano confesó el crimen en un pormenorizado relato divulgado con amplio destaque por los medios de prensa.

Recuperó su libertad a mediados de los 90 y murió posteriormente de un ataque cardíaco

Fecha: