Por si no lo sabía, ahora ya lo sabe Efraín, el candidato Alegra de la Alianza Ganar. Hace un año, en una conferencia de prensa, cuando todavía se hablaba poco y nada de su candidatura presidencial, acusó al abogado Marco Aurelio Estigarribia de “abogado narco”, lo que le valió ser querellado por difamación y calumnia por su colega del foro.
Paso el tiempo y en esta semana se llevó a cabo la audiencia de conciliación, donde generalmente se arreglan estas cuestiones, pero el representante legal del candidato liberal rechazó las propuestas del querellante. Habia solicitado 150 millones de guaraníes de compensación y que Alegre se retracte públicamente de lo que habia dicho.
Esto, en cualquier otro momento se hubiera arreglado con chauchas y palitos, como se suele decir, pero jamás en una instancia donde se recuerda otro refrán: “En la política y en el amor, todas las armas son válidas”. Y Efraín sufre esta desagradable situación, cuando la campaña proselitista está por entrar en su fase caliente.
Y sin duda algún efecto tendrá lo que resuelva la Ley porque el candidato tendrá que soportar un tedioso juicio oral, que seguramente entorpecerá su campaña promocional.
Y pensar que todo comenzó después del 31 de marzo del año pasado, después de que Estigarribia acusara a Alegre de haber instigado el asalto a la sede del Congreso Nacional.