El obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, abordó en su homilía del domingo último una cuestión que resulta clave, de cara a las elecciones municipales que se llevarán a cabo este 10 de octubre: poner todo el interés en informarnos de las candidaturas y las propuestas, para luego ir a votar de manera responsable, consciente, sin presión ni compromisos extraños. “Debemos votar libremente, sin temor a elegir a los mejores, porque es la forma de contribuir patrióticamente a terminar con la corrupción”, enfatizó. En esta afirmación tan elemental se encierra la posibilidad de romper con una tradición política que lleva a gran parte de los paraguayos a votar solo por un color partidario o por un caudillo que reparte prebendas o que compra conciencias, hipotecando el futuro en manos de los mismos bandidos de siempre. Es hora de cambiar esta nociva práctica y aprender a elegir mejor.
Estamos a apenas cuatro días de una nueva jornada cívica en que unos 4.644.536 ciudadanos habilitados deberán elegir a 261 intendentes municipales y a 2.781 miembros de Juntas Municipales titulares y a la misma cantidad de suplentes, en los 261 distritos del país, ocasión en que, por primera vez, podremos otorgar un voto preferencial con el nuevo sistema de listas cerradas desbloqueadas, dejando atrás a las famosas listas sábanas.
Una cuestión que resulta clave, de cara a estos comicios, es la que el obispo de la Diócesis de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, planteó con mucho énfasis durante su homilía en la misa central en la Basílica de la Villa Serrana, el domingo último, cuando planteó que “debemos poner todo el interés antes del día de la votación informándonos de las candidaturas y las propuestas para luego ir a votar de manera responsable, consciente y, sobre todo, libremente, sin presión ni compromisos extraños».
La exhortación del prelado católico tocó temas muy sensibles para la ciudadanía, cuando apuntó que los líderes políticos están cada vez más alejados de los valores morales de la sociedad y de los principios rectores de sus partidos, convirtiendo al sistema político en una estructura para influir en la gente, «por lo que resulta fácil persuadir en forma negativa a los más débiles y necesitados».
Al parafrasear al prócer estadounidense Abraham Lincoln, con su célebre frase de que «el voto es más fuerte que una bala», Valenzuela pidió que no se desperdicie esta única posibilidad que tienen los ciudadanos y ciudadanas de votar a sus representantes.
«Debemos votar libremente, sin temor a elegir a los mejores, es la forma de contribuir patrióticamente a terminar con la corrupción. Todos debemos concurrir en paz sin responder a las provocaciones y sin temor a elegir, porque de eso se trata, de ejercer nuestro derecho», indicó.
En esta afirmación tan elemental se encierra la posibilidad de romper con una tradición política que lleva a gran parte de los paraguayos a votar solo por un color partidario o por un caudillo que reparte prebendas o que compra conciencias, hipotecando el futuro en manos de los mismos bandidos de siempre.
No tiene mucho sentido votar por varios candidatos que ya han demostrado incapacidad de gestión y ahora pretenden ser reelegidos en los mismos cargos como intendentes o concejales, solo por contar con el apoyo de caudillos y aparatos partidarios con muchos recursos económicos, cuando las ciudades que han debido administrar demuestran calles rotas y sucias, espacios públicos abandonados, tráfico colapsado, basura acumulada, canales de agua servida, inseguridad latente, falta de diálogo y coordinación con los vecinos, entre varias otras problemáticas urbanas no resueltas, además de que muchos de ellos además están acusados de malgastar recursos o desviar fondos, sin rendir acabadamente los fondos que han recibido de Fonacide o royalties para invertir en educación.
Entregarles de nuevo el voto a estos impresentables sería como un acto masoquista, de permitirles que sigan destruyendo
Es hora de escuchar el consejo de personas como monseñor Valenzuela, cambiar la nociva práctica de votar solo por un color y aprender a elegir mejor.