Algunos afganos dan a sus hijos hambrientos medicamentos para sedarlos; otros han vendido a sus hijas y sus órganos para sobrevivir. En el segundo invierno desde que los talibanes tomaron el poder y se congelaron los fondos extranjeros. Millones están a un paso de la hambruna.
Uno de los afgano, comento a la BBC que van hasta una farmacia a comprar pastillas y se los dan a sus hijos para que se sientan adormecidos.
los niños no paran de llorar por el hambre que viven todos los días, ellos viven en Herat, la tercera ciudad más grande del país, en un asentamiento de miles de casas precarias hecha de barro que ha crecido durante décadas, lleno de personas desplazadas y golpeadas por la guerra y los desastres naturales.
Vía: BBC Mundo.