El exgerente de prensa del Grupo Albavisión (Canal 9), Carlos Granada, condenado a 10 años de prisión por acoso, coacción y coacción sexual, volvió a negar los hechos y aseguró que la causa en su contra fue una “represalia” por decisiones tomadas durante su gestión.
Granada sostuvo que el Tribunal y el Ministerio Público “no presentaron pruebas” y afirmó que su “error” fue “asumir responsabilidades que debía tomar el director de la empresa”. Incluso descalificó los testimonios de las víctimas al afirmar: “Son declaraciones, pero no hay ninguna prueba. Muéstreme un WhatsApp, algo que indique que yo convocaba o escribía”.
Pese a sus afirmaciones, el Tribunal de Sentencia —integrado por Laura Ocampo, Cándida Fleitas y Juan Pablo Mendoza— brindó una descripción contundente y cruda del patrón de abuso ejercido por Granada, destacando la reiteración y la gravedad de los hechos dentro del ambiente laboral.
La jueza Cándida Fleitas relató situaciones estremecedoras vividas por las víctimas: tocamientos en sus partes íntimas, incluso durante su periodo, supuestamente para “comprobarlo”. Calificó esta conducta como “asquerosa” y subrayó el impacto devastador que generó en las mujeres: culpa, asco, miedo y hasta intentos de suicidio.
Asimismo, remarcó la vulnerabilidad económica de las trabajadoras, quienes soportaron por años los abusos ante el temor de perder su empleo.
Por su parte, la presidenta del tribunal, Laura Ocampo, respondió a la defensa que alegaba que “nadie se daba cuenta”:
“Este tipo de hechos no se cometen en público, se hacen entre cuatro paredes”, recordó.
Granada anunció que apelará la sentencia y señaló que tiene una acción constitucional pendiente ante la Corte Suprema. Mientras tanto, el Tribunal ordenó su prisión preventiva inmediata.
La condena marca un precedente importante en materia de violencia laboral y delitos contra la autonomía sexual dentro de los medios de comunicación del país.
