Una pregunta que todos nos hacemos en algún momento ( y muchos aún se hacen ) es si es más eficiente usar una freidora de aire o un horno.
La respuesta no es tan directa como parece, si bien a primeras impresiones una freidora de aire es más eficiente, esto varía de acuerdo al volumen de comida cocinada y el tipo de comida.
Una freidora de aire promedio tiene una potencia entre 1,000 y 1,800 vatios y consume entre 0.8 y 1.5 kWh por uso, dependiendo del modelo y el tiempo de cocción.
Esto se traduce a un aproximado de 250 a 1450 gs por hora.
Gracias a su diseño compacto y la circulación de aire caliente la hacen más eficiente para cocinas rápidas, utilizando menos energía.
En tanto el horno tradicional tiene una potencia más alta, entre 2,000 y 5,000 vatios, y consume entre 1 y 1.5 kWh por uso, aunque el consumo puede aumentar en cocciones largas o a altas temperaturas.
En materias de costos estos pueden ir de 650 gs la hora (sin contar el pre calentado ) a 1500 Gs. por hora.
Además, requiere más tiempo de precalentamiento y pierde calor de forma significativa cada vez que se abre la puerta.
Si bien los hornos más modernos y eficientes (con etiquetas A o B) pueden consumir hasta un 60% menos que los modelos más antiguos.
Cabe destacar que con un horno tradicional se puede aprovechar su capacidad al máximo, cocinando varios platos a la vez, puede hacer que el costo por ración sea competitivo e incluso mejor que una freidora de aire.
Aunque la freidora de aire es más eficiente en cocinas pequeñas o de raciones individuales, el horno sigue siendo indispensable para ciertos platos y sigue siendo eficiente si se usa correctamente. La clave del ahorro radica más en el uso y la planificación que en el aparato en sí.