La multitudinaria fiesta mariana volvió a dejar en evidencia una realidad que golpea todos los años.
El transporte público fracasó cuando más se necesitaba. Mientras miles de peregrinos intentaban regresar a sus hogares, las paradas colapsaron y los ómnibus brillaron por su ausencia.
Desde la Patrulla Caminera informaron que más de 300 inspectores fueron desplegados en diversos puntos para ordenar el tránsito y acompañar a los peregrinos. Señalaron que no hubo mayores incidentes viales, pero sí una masiva cantidad de personas varadas, esperando durante horas un colectivo que nunca llegó.
El golpe más duro lo sintieron los fieles, quienes denunciaron que la falta de buses los obligó a recurrir a plataformas de transporte a precios inalcanzables durante el feriado.
“Estoy desde las 08:00 esperando y no aparece ningún bus. Caminé, me mojé y nada”, lamentó María Insfrán.
“Vine con mi familia y queremos volver, pero el Bolt está carísimo. En feriado deberían reforzar los buses”, reclamó Ana Maldonado.
“Estoy desde las 06:00 de la mañana y no hay buses para volver a Asunción”, denunció Rodrigo Gómez.
“Caminé más de 5 km para llegar a la ruta y no pasa nada. Es un desastre cómo el VMT nos hace sufrir”, expresó Eduardo Aguilera.
Muchos peregrinos terminaron regresando a pie bajo la lluvia, con esperas de seis y hasta siete horas, convirtiendo la celebración religiosa en un verdadero calvario por culpa del servicio de transporte.

