En medio del monte y lejos del ruido de la ciudad, un joven conocido como “El Wero” decidió levantar su propia casa con lo que tenía a mano: ramas, esfuerzo y muchas ganas de salir adelante. Sin recursos para pagar el alquiler, construyó una vivienda de dos pisos, con su dormitorio en la parte superior, demostrando que la pobreza no frena sus sueños.
A pesar de vivir en condiciones precarias, El Wero no pide ayuda. Explica que tiene trabajo, pero los altos costos del alquiler lo obligaron a buscar otra solución. “Esa es mi motivación”, expresó con determinación.
Su historia ya conmovió a muchos en la comunidad, quienes se han acercado a ofrecerle asistencia, aunque él insiste en salir adelante por sus propios medios.
Una lección de dignidad y esfuerzo, en tiempos donde muchos se rinden antes de intentarlo.