Marcelo Centurión, concejal capitalino, se habría convertido en el “amo y señor” de la Terminal de Ómnibus de Asunción, manejando a su antojo los hilos administrativos y económicos del lugar.
Hace apenas unos meses ordenó la salida del director Cristhian Vega, quien había logrado elevar la recaudación mensual a más de G. 1.500 millones aproximadamente. En su reemplazo fue impuesta Lourdes Ucedo, una de sus “leales”, sin formación académica completa y cuya gestión provocó un desplome del 50% en los ingresos, que hoy rondan apenas los G. 900 millones.
Incluso, según denuncias internas, hasta la recaudación de los sanitarios y del estacionamiento estaría siendo manejada bajo control del propio Centurión, quien opera con total impunidad.
Lo más alarmante es que, pese a estos antecedentes, el concejal aparece en el primer lugar de preferencia en la última encuesta de Ati Snead, un dato que refleja la desconexión entre los hechos de corrupción y la percepción pública.
La Terminal, que debería ser un espacio de servicio y orden, hoy es símbolo de clientelismo, manipulación y desfalco, mientras los trabajadores honestos son desplazados y los recursos públicos se desvanecen en los bolsillos de unos pocos.

