La senadora Esperanza Martínez denunció que un grupo de matones atacó a la comunidad indígena Karapa, donde quemaron viviendas, robaron pertenencias y provocaron que niñas y niños huyeran aterrorizados hacia el monte.
A pesar de haber pasado 48 horas desde el primer ataque, los mismos agresores —identificados como “guardias privados”— habrían regresado para impedir el ingreso de ayuda humanitaria, agravando la situación de mujeres, niños y ancianos.
Según miembros de la comunidad, empresarios extranjeros buscan expulsarlos de sus tierras ancestrales, ubicadas en una zona de seguridad fronteriza, mientras el Estado permanece ausente y cómplice.
👉 “Muy fuertes para reprimir a jóvenes manifestantes, pero cómplices del abuso contra el pueblo desprotegido”, denunció la legisladora.