La Generación Z en Paraguay está marcando una ruptura con los hábitos y aspiraciones de las generaciones anteriores.
Según un análisis del especialista en empleo Enrique López Arce, basado en una encuesta a 2.000 jóvenes de entre 18 y 19 años, esta nueva camada de trabajadores redefine la idea de éxito, independencia y estilo de vida.
El estudio revela que uno de cada dos jóvenes ya no toma tereré, un símbolo cultural que parece ceder terreno ante nuevas tendencias de consumo. Además, el vapeo está desplazando al cigarrillo tradicional, una práctica que refleja influencias globales y un cambio en las formas de socialización.
López Arce destaca que cada vez menos jóvenes aspiran a ser plomeros, técnicos en aire acondicionado, mecánicos o electricistas. “En América Latina no hay recambio para los mandos medios, porque ya no son profesiones aspiracionales”, advirtió. Paradójicamente, estos oficios ofrecen empleabilidad casi inmediata, mientras que los puestos administrativos pueden demorar hasta diez meses en conseguir trabajo.
El informe también muestra un fuerte deseo de independencia: dos de cada diez jóvenes no quieren tener jefe ni cumplir horarios fijos, mientras que uno de cada dos prefiere seguir viviendo con sus padres, priorizando la comodidad y flexibilidad antes que la independencia económica total.
En el ámbito educativo, la tendencia se inclina hacia formaciones técnicas y carreras cortas, dejando atrás los extensos programas universitarios. Para López Arce, la Generación Z “no es mejor ni peor, simplemente es diferente”. En su visión, los jóvenes paraguayos están rompiendo con los modelos tradicionales de trabajo, consumo y vida cotidiana.

