15 DE ABRIL DE 2021
Bernard L. Madoff, el arquitecto del mayor fraude financiero que se conoce (unos USD 63.000 millones), falleció el miércoles en prisión a los 82 años, tras una vida de película que le llevó de un barrio obrero de Nueva York a lo más alto de Wall Street y, finalmente, a convertirse en una de las figuras más odiadas del mundo de las finanzas.
En el momento de su muerte, cuya causa no se ha hecho pública, Madoff cumplía una condena de 150 años de cárcel, tras haber admitido en 2009 que su multimillonario negocio no era más que una gigantesca estafa piramidal.
Su caso, que estalló en paralelo a la crisis financiera, se convirtió en un paradigma de los peores excesos de Wall Street y del fracaso de las autoridades a la hora de supervisar las operaciones financieras de las que depende buena parte de la economía mundial.
Madoff, conocido habitualmente con el diminutivo de Bernie, era hasta 2008 uno de los hombres más respetados del mundo de las inversiones, al que multitud de entidades e individuos de todo el mundo habían confiado su dinero.
Durante décadas, el financiero había operado un sistema fraudulento que prometía altas rentabilidades y que pagaba a los primeros inversores con las cantidades que captaba de los clientes más recientes, falsificando supuestas ganancias.
Ese esquema Ponzi, que había sobrevivido a varias crisis, se desmoronó con el desplome financiero de 2008, cuando los fondos de inversión que trabajaban con él se vieron obligados a retirar miles de millones de dólares de sus cuentas y Madoff ya no tuvo forma de seguir escondiendo la realidad.
El veterano inversor, que entonces tenía 70 años, terminó por confesar todo a sus dos hijos, que inmediatamente lo denunciaron. Madoff fue arrestado el 11 de diciembre de 2008 en su ático de Manhattan y unos meses después se declaró culpable de once delitos, entre ellos fraude bursátil, declaraciones falsas y blanqueo de dinero, por los que se le impuso una sentencia ejemplar, con la pena más alta posible. EFE
Fuente: Ultima Hora