El asesinato de una niña de 12 años en el distrito de Fulgencio Yegros, departamento de Caazapá, reactivó el debate sobre endurecer las penas para delitos aberrantes. El diputado independiente Rubén Rubin volvió a defender su proyecto de ley que plantea cadena perpetua para homicidas y la posibilidad de juzgar como adultos a menores de edad involucrados en crímenes graves.
La víctima fue hallada sin vida, con signos de abuso sexual. El principal sospechoso es Marcelo Giménez, tío de la menor, quien ya había sido condenado en 2022 por manosear a la misma niña cuando tenía solo 8 años. Recuperó su libertad en mayo de este año y, según familiares, había amenazado con vengarse.
Rubin manifestó que este caso evidencia la urgente necesidad de reformar el sistema penal paraguayo. Sostiene que la cadena perpetua es compatible con los tratados internacionales, citando los ejemplos de Chile, Uruguay, Argentina y Brasil, donde se aplica sin conflictos jurídicos.
“Conviven, son compatibles. Es para revisar el caso”, expresó el legislador. Agregó que esta medida puede tener un efecto disuasivo en personas en pleno uso de sus facultades mentales, aunque reconoció que no tendría el mismo impacto en delincuentes con patologías.
“A esos enfermos no sé si les podemos educar. Tenemos que aislarles de la sociedad”, concluyó Rubin, quien ya había presentado su proyecto en legislaturas anteriores sin lograr apoyo suficiente.