Justo Zacarías reacciona tarde: ofrece ayuda médica tras tragedia que evidencia falta de gestión en seguridad vial”
El director paraguayo de Itaipú Binacional, Justo Zacarías, anunció con tono solidario el apoyo médico a los escolares atropellados frente a la Escuela “Espíritu Santo” de Ciudad del Este. Sin embargo, la reacción llega después de una tragedia evitable que expone la desidia institucional en garantizar condiciones mínimas de seguridad para los niños que asisten a clases en zonas de alto riesgo vial.
La Ruta PY07, que atraviesa el populoso Área 4, es una trampa mortal para los peatones. A pesar de las múltiples denuncias realizadas por padres, docentes y vecinos desde hace años, la zona carece de señalización adecuada, pasarelas peatonales y presencia efectiva de la Patrulla Caminera. La comunidad escolar ha solicitado en reiteradas ocasiones la instalación de reductores de velocidad y semáforos, sin obtener respuestas concretas.
“Hace años que pedimos un puente peatonal frente a la escuela, pero solo recibimos promesas vacías”, lamentó Rosa Méndez, madre de dos alumnos. “Ahora que un niño está grave, recién vienen a hablar de asistencia médica. ¿Y la prevención dónde estuvo?”
Otro vecino, Juan Ramírez, fue más directo: “Justo Zacarías tiene influencia, maneja una de las binacionales más poderosas, ¿y recién ahora se acuerda de los chicos? Esto no es solidaridad, es maquillaje político tras el desastre.”
El ofrecimiento de asistencia integral a través de la Fundación Tesãi, aunque necesario en lo inmediato, no puede ser visto como un acto de generosidad, sino como una respuesta tardía a una negligencia colectiva que incluye a autoridades municipales, departamentales y nacionales.
En vez de actuar con anticipación, como corresponde a quienes tienen poder de decisión, los responsables optaron por el silencio hasta que fue demasiado tarde. Las vidas de los niños no pueden depender del cálculo político ni del oportunismo institucional.
La comunidad exige que esta vez no se trate solo de discursos ni gestos asistencialistas, sino de acciones reales y duraderas que prioricen la vida de los más vulnerables.