El intendente de Arroyos y Esteros, José Filippi, inauguró un vertedero de basura en pleno humedal, asegurando públicamente que “no iba a escapar ni una gota” de lixiviado hacia los esteros. Sin embargo, apenas comenzó a cargarse, el relleno sanitario ya está filtrando líquidos tóxicos hacia los alrededores.
Las primeras evidencias de contaminación han encendido las alarmas entre los pobladores locales, ya que el vertido de lixiviados no solo pone en grave riesgo la salud pública, sino también amenaza directamente el ecosistema de la zona y podría comprometer la reserva del Acuífero Guaraní, una de las fuentes de agua dulce más importantes del mundo.
Ambientalistas y vecinos exigen la inmediata intervención de las autoridades nacionales y cuestionan la falta de estudios de impacto ambiental que avalen la instalación del vertedero en un área tan sensible.
La situación pone en evidencia la gestión deficiente del intendente Filippi y abre un debate urgente sobre las políticas ambientales en Paraguay, donde los humedales y fuentes de agua siguen expuestos a la contaminación sin controles efectivos.
