Un espeso humo negro surgió este jueves de la chimenea instalada en el tejado de la Capilla Sixtina, señal de que los 133 cardenales encerrados en su interior fracasaron de nuevo en su misión de escoger a un nuevo papa.
“Es un acontecimiento único en la vida, no creo que tenga la oportunidad de volver a vivirlo”, aseguró a la AFP Paul O’Flynn, un irlandés de 72 años, mientras intentaba localizar la chimenea.
Paolo Cabrera está dispuesto a pasar toda la jornada en la plaza hasta “ver la fumata blanca”, que anuncia la elección de un pontífice, pese a estar en plena luna de miel junto a su esposa Cynthia.
“Como filipinos, nos gustaría que fuera el cardenal [Luis Antonio] Tagle, pero si Dios nombra a cualquier otro, ¡seremos felices!”, aseguró el hombre de 40 años, en referencia a uno de los purpurados con más posibilidades.
Elizabeth Ramos vino expresamente desde Brasil para vivir la elección y espera que se elija a un papa como el difunto Francisco.
“Él fue el que unió a los jóvenes, tenía esa forma humilde de transmitir su fe, su forma de ser”, agregó la mujer de 45 años.
– “Intrigas cardenalicias” –
El secretismo envuelve este secular rito que se desarrolla a puerta cerrada en la Capilla Sixtina. Los “príncipes de la Iglesia” permanecen aislados e incomunicados, y juran guardar secreto sobre la elección.
Y es objeto de especulaciones sobre las “intrigas cardenalicias”, como titulaba La Stampa en portada, que llevarán a la elección del líder espiritual de 1.400 millones de católicos en el mundo.
La Capilla Sixtina no será un espacio para discursos, debates y negociaciones. Los intercambios se darán durante las comidas o reuniones en la residencia Santa Marta y otras dependencias vaticanas.
Aunque el gran favorito al inicio del cónclave era el italiano Pietro Parolin, quien fue el número dos de Francisco durante su pontificado, la prensa hablaba este jueves de otros papables en ascenso.
Entre estos figura el filipino Pablo Virgilio David, que de ser elegido sería el primer papa asiático, así como los españoles Cristóbal López Romero y Ángel Fernández Artime.
El decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, llamó el miércoles a los purpurados a “mantener la unidad de la Iglesia”, en un momento “difícil, complejo y convulso”.
Muestra de la solemnidad y complejidad de la elección, los cardenales escriben el nombre de su candidato, doblan su papeleta y la colocan en un plato de plata, ante el fresco del Juicio Final de Miguel Ángel.
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