Karaja Vuelta, comunidad ubicada a 120 km de la ciudad de Concepción está abandonada por el Gobierno, los funcionarios de la Salud terminan gastando lo poco que ganan en asistir a los indígenas, para comprar combustibles y pagar fletes en balsas.
Cerca de 100 familias están afincadas en estas tierras, en el bajo Chaco.
“Nadie se merece esto que pasamos acá” dijo una de las funcionarias que están organizando un asado para el domingo 4 de diciembre, para recaudar fondos y seguir asistiendo a la población.

Karaja Vuelta, no es la única comunidad abandonada, los 50 Puestos de Unidad de Salud Familiar (UFS), no tienen forma de trasladarse a los lugares y cumplir con los programas de vacunación que se les exige.
“Cuando cobramos, cargamos combustible en nuestras motos y salimos a hacer la vacunación, se olvidaron de que, para cumplir con los números exigidos, debemos trasladarnos a los lugares, no nos dan combustibles y lo que gastamos, no nos reponen” agregó a la funcionaria.
