Otra promesa vacía de la ministra de Salud, Teresa Baran capacita a los profesionales para aplicar las vacunas, pero las dosis no llegan. Mientras tanto, lanza la Campaña de Invierno con una vacuna destinada a personas de 3 a 59 años, asegurando que los mayores de 60 pueden recibirla “si no quieren esperar” la que realmente les corresponde.
¿Y los más vulnerables? Los niños de 6 meses a 2 años y 11 meses, quienes están sufriendo un aumento de cuadros gripales según los últimos reportes de consulta, quedan en el abandono. ¿Cómo se justifica que los pequeños sigan esperando mientras la improvisación reina en el sistema de salud?
Es inaceptable que, una vez más, la falta de planificación y gestión eficiente ponga en riesgo a la población. ¿Cuántas promesas más antes de que realmente se tomen decisiones responsables?