Uno de los representantes del papa Francisco, planteó la posibilidad de que la Iglesia Católica de por finalizado el celibato obligatorio impuesto a los sacerdotes al tiempo que habilitar la posibilidad de casarse.
El arzobispo Charles Scicluna de Malta (uno de los países más cercanos a la santa sede), enfatizó que esta era, probablemente, «la primera vez que lo expresaba públicamente y que quizá sonará herético para algunas personas».
El portavoz del papa Francisco aseguró que «hay un lugar» para el celibato en la Iglesia, pero que también habría que tener en cuenta que un sacerdote a veces se enamora. En ese contexto, explicó que se produce una dicotomía entre ese amor y el sacerdocio donde algunas personas «lo afrontan manteniendo relaciones sentimentales en secreto».